Más allá de la Propaganda

Poder de selección en una era de saturación de imágenes Siempre he tenido la capacidad (y quizás la necesidad) de elegir mis temas entre la abrumadora avalancha de imágenes que definen la realidad contemporánea. El mundo moderno nos bombardea con imágenes de innumerables fuentes: periódicos, revistas, almanaques, televisión, Internet e incluso videojuegos. Este flujo incesante de imágenes da forma a nuestra percepción, influye en nuestras emociones y alimenta nuestra imaginación. Sin embargo, en lugar de absorber pasivamente esta sobrecarga visual, he desarrollado un proceso de selección, extrayendo ciertas imágenes que resuenan conmigo en un nivel más profundo. A pesar de la infinita variedad de imágenes disponibles, me siento atraído por unas pocas seleccionadas: aquellas que despiertan mi curiosidad, desafían mi percepción o exigen una mayor exploración. Mis elecciones no son aleatorias; surgen de un diálogo subconsciente con el mundo, una intuición visual que me guía hacia ciertos temas, patrones o narrativas. Algunas de estas imágenes evocan nostalgia, otras reflejan contradicciones sociales y algunas existen en un espacio entre la ficción y la realidad, difuminando los límites de la representación. Una vez que he identificado una imagen que me intriga, comienza mi proceso artístico. No me limito a replicarlo; Lo reinterpreto, lo deconstruyo y lo vuelvo a ensamblar a través de la lente de mi propia experiencia y lenguaje artístico. Mis pinturas se convierten en un medio para investigar estas imágenes elegidas, cuestionando su origen, significado e impacto emocional. El acto de pintar me permite frenar el rápido consumo de medios, transformando imágenes fugaces en reflejos duraderos y tangibles. De esta manera, mi trabajo se presenta como una reacción y una meditación sobre el paisaje visual contemporáneo. Al seleccionar y reimaginar estas imágenes, busco crear pinturas que hagan más que capturar un momento: invitan al espectador a involucrarse, reflexionar y reconsiderar la naturaleza misma de las imágenes que nos rodean todos los días.

La subversión en el corazón de mi proceso artístico

La subversión está en el centro mismo de mi práctica artística. En un mundo saturado de imágenes con significados predefinidos, elijo extraer, aislar y manipular estos fragmentos visuales para someterlos a una nueva lectura. Al descargar imágenes, ya sean icónicas o mundanas, las despojo de su contexto original, eliminando su significado principal. Esto no es una mera reinterpretación; es una reconfiguración que trastoca las referencias convencionales y desafía cómo percibimos, consumimos y decodificamos imágenes en nuestra sociedad contemporánea. Utilizando herramientas digitales y software de procesamiento de imágenes, deconstruyo estas imágenes, hibridándolas, alterándolas o recontextualizándolas. Este proceso no es únicamente una transformación estética; Su objetivo es alterar los hábitos de lectura visual y crear una ruptura en nuestra relación con las imágenes. Al insertar estos elementos desviados en una nueva narrativa pictórica, genero espacios para la reflexión, invitando a los espectadores a cuestionar sus percepciones y reconstruir el significado a partir de la ambigüedad y la tensión visual inherentes a mi trabajo. Lejos de una simple apropiación, mi práctica opera dentro de un marco de subversión sutil: desviar es también revelar. Es un medio para descubrir significados latentes, exponer los mecanismos detrás de la producción de imágenes y resaltar la maleabilidad de la representación en la era digital. Así, cada obra se convierte en un terreno experimental donde la memoria colectiva, la imaginación personal y el flujo mediático se cruzan, chocan y se transforman.